jueves, 1 de julio de 2010

Tres voces que hablan en presente

Juan Martín Cueva

La muerte, de la mano del azar, nos pone frente a tres voces que no podemos dejar de escuchar, y que no se refieren a lo distante o lo pasado, sino al aquí y ahora, gracias a esa magia que vuelve universales y permanentes las expresiones más críticas y más lúcidas. A semana seguida se nos van Bolívar Echeverría, José Saramago y Carlos Monsiváis.

¿No les dice nada del Ecuador de hoy ésta reflexión de Monsiváis sobre la sociedad mexicana? “Todas las nociones respecto a la idiosincrasia única son expresiones de un deseo de volver exótico lo que en principio no lo es. (México) es un país de una cultura extraordinaria y de un afán de exterminio de las expresiones culturales que asombra.” O esto, sobre las elecciones mexicanas de 2006: “se enfrentan dos maneras de concebir la vida al borde del abismo, para ser algo melodramáticos; la visión de la derecha se ha probado una y otra vez como la menos indicada; la izquierda, por la que pienso votar, tiene un candidato excelente con limitaciones; no tiene ese candidato detrás un partido que interese.”

Bolívar Echeverría sí se refería explícitamente al caso ecuatoriano, y su análisis tiene una actualidad impresionante, a veinte años del levantamiento de 1990 y a tres años y pico de este gobierno: “Indios puros, propiamente, capaces de sacar de sí la semilla de su civilización arcaica y de hacerla germinar como la alternativa salvadora frente a la modernidad decadente y en crisis, no existen. En toda la América, no hay indios que no hayan entrado en un proceso histórico de mestizaje; que este mestizaje es, más que de nadie, en un sentido o en otro, un proyecto suyo y que los rasgos actualmente reprimidos de su identidad -igual que los rasgos reprimidos de las otras identidades: americanas, ibéricas, africanas, asiáticas, para no hablar de las nuevas, las que se gestan en la vida cotidiana de nuestros días- no podrán reivindicarse en un proyecto volcado contra la modernidad sino sólo en uno que persiga una modernidad alternativa frente a la que prevalece actualmente, que es la capitalista.” Cabría pensar en estas cosas cuando los dirigentes de la Conaie se reúnen con la Junta Cívica de Guayaquil y otros representantes del empresariado más tradicional, o cuando un gobierno de izquierda quiere descalificar las propuestas indígenas argumentando el porcentaje de votos que obtuvo su expresión política.

Y para terminar, una frase de Saramago que nos devuelve a la ilusión realista y a la posibilidad cierta de cambiar las cosas, cambiar este país. Desde las diferencias de unos con otros, nos toca definir hasta dónde va ese “nosotros” al que se refiere el más lúcido de los portugueses: “Nosotros tenemos razón, la razón que asiste a quien propone que se construya un mundo mejor antes de que sea demasiado tarde, pero o no sabemos transmitir a los demás lo que es substantivo en nuestras ideas, o chocamos con un muro de desconfianzas, de prejuicios ideológicos o de clase que, si no logran paralizarnos completamente, acaban, en el peor de los casos, por suscitar en muchos de nosotros dudas, perplejidades, esas sí paralizadoras. Si el mundo alguna vez consigue ser mejor, solo habrá sido por nosotros y con nosotros. Seamos más conscientes y estemos orgullosos de nuestro papel en la Historia. Hay casos en que la humildad no es buena consejera. Que se pronuncie alto la palabra Izquierda. Para que se oiga y para que conste.”

1 comentario:

  1. Brutal, chico, brutal la evocacion que, a veces, la cotidianidad nos oculta.
    Gracias por recordarnos esas voces. A Carlos lo conoci en Mexico, en la Universidad de Guadalajara contandonos su vision de la vida mexicana; a Echeverría, muy nuestro, siempre nos ha suscitado reflexiones sobre el quehacer ecuatoriano porque mi ser ecuatoriano es inhibido por falta de una identidad global; quiero un buen vivir distinto. Saramago es un cretino para los creyentes pero el idolo de una nueva creencia: el hombre que grita el orgullo de su humildad confrontada con prepotencia del poder que escribe desde leyes hasta religiones que el pueblo solo tiene para someterse y adorar. Grita tu humildad.
    Gracias Juan Martin por este momento de "pienso que existo"

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