martes, 16 de noviembre de 2010

La Marca Ciudad


Sebastián Endara

Para quienes trabajamos en cultura ha resultado una desagradable sorpresa encontrar en la parte posterior de la mejorada agenda de eventos del mes de la ciudad de Cuenca, -sobre todo por su fotografía-, los cegatos intentos de argumentar a favor de la denominada 'marca ciudad'. Es lamentable que se haga una exposición así de débil en favor del logo que propuso la actual administración política, como signo distintivo, legítimo y absoluto de la ciudad; mejor habría sido dejar su lectura a la sensibilidad.

imagen: cuenca.com.ec

Ese signo que de entrada no ha sido consensuado por nadie, pues nadie recuerda que hayan habido mesas de debate en torno al tema, y por tanto, carente de legitimidad, no surgió del genio del pueblo, sino a lo sumo, de algún marketero, desinformado eso sí, de la dinámica cultural de la ciudad y muy seguramente de los debates culturales en torno a la cuestión de los imaginarios populares. La explicación de este signo -que criticamos-, al que se le hace representar la esencia misma de nuestra identidad y diversidad, tiene errores de estructura. De entrada confunde conceptos: podría apostar lo que sea a que no se encuentra, en ningún tratado de ética, a la seguridad como valor. ¿Fuera de la alegría, la solidaridad y la equidad, a quién se le ocurre poner como valor la cultura o la modernidad? Y así como se confunden conceptos, se tergiversan detalles propios que constituyen herencia cultural de la región. Si usted mira a la chola representativa de la 'marca ciudad' encuentra - más allá de que así no es nuestra chola-, prendas fidedignas de la zona como la pollera y el ikat están fundidos con una blusa, un sombrero, unos accesorios que no pertenecen a la tradición de la región. Se defenderán hablando de la hibridez, sin embargo, esta falsación refleja por lo menos, un desinterés y una falta de respeto por la tradición, erigida en este gobierno local, al grado de valor, del cual reniegan contradictoriamente.

Pero lo más importante de todo: partir defendiendo la 'marca ciudad' en base a las leyes de la marca del gurú del marketing 'fulano de tal', nos da pistas de hacia dónde se está apuntando y desde dónde se está pensando el imaginario identitario de la ciudad. Un signo absolutamente postizo y por decir lo menos, tirado de los cabellos, sin un sólo referente real a la ciudad, y determinado por ideaciones forzosas, pero eso sí, ligadas definitivamente a tratar de instalar una tendencia que está siendo cuestionada a nivel mundial por movimientos ciudadanos; la aberrante utopía comercial del consumismo en la época del supermercado y la publicidad. La 'marca ciudad' nos inserta de lleno en la estructura del parecer, no del ser. En esta época es la marca lo que vende, es la marca la que proyecta la imagen de una ciudad como producto maduro, listo a ser consumido, más allá de sus procesos educativos, históricos y ciudadanos.

Pero frente a esto, frente a la propuesta de una identidad corporativa de las ciudades ideada por una trasnochada tecnocracia de diseñadores -que no investigadores culturales-, se levanta la propuesta de la construcción de la representación popular, la construcción de sentidos y significados de vida, la constucción de una comunicación alternativa que comprenda la complejidad de los códigos de reconocimiento y percepción de los imaginarios del pueblo. No se puede descuidar los procesos culturales de una ciudad como Cuenca que tiene un especial empoderamiento sobre temas culturales, como no se puede inaugurar calles con vias para movilización alternativa (bicicletas), que sirven en la realidad para estacionar carros, sin perder credibilidad y solvencia política. Le recomendamos al Sr. Alcalde que se asesore en temas de cultura que es un tema de fondo en los nuevos procesos de construcción política.

Para ver al agenda cultural (en especial la sección a la que se hace referencia) ingrese a la página: http://www.municipalidadcuenca.gov.ec/?q=node/542